miércoles, 9 de octubre de 2013

De la hiperquinesis a la esclerosis


Los sentimientos humanos son la metástasis invisible del sistema nervioso. Inclementes ante la voluntad, toman el control del juicio para obnubilarlo y conducen las acciones a colisionar invariablemente contra la realidad,  siempre en dirección hacia el desastre. Y sin embargo, tremenda paradoja, ¿oís el murmullo de vuestras profundidades? ¿Sentís sus ansias carnívoras de vacío? Dejad que fructifique el cataclismo en vuestro interior, para después edificar la Ponosis, hermana del Hastío. O erigid,
 a base de abulia y ataraxia, las ruinas del mundo. ¡Los pilares de la pasión, horrendo génesis de la hiperquinesis, derrumbados! Ebrios de nada, ebrios de piedra, os dedicaréis a perfeccionar el cansancio de los siglos venideros y exacerbar el silencio del mundo. ¡Salud

lunes, 21 de enero de 2013

Impresiones inconexas del deambular irónico del paria en la ciudad moderna


Para Laura.
(Una entrada de mi anterior blog, que sobrevivió, sigo sin saber cómo, a la destrucción del mismo)


Durante una de mis deambulaciones por la ciudad pestífera que circunda mi morada, y mientras retumbaba en mis audífonos algún hijo bastardo del metal con el flamenco, viré mi vista hacia la avenida atiborrada a la que acababa de llegar. Un escenario de ruidos sempiternos y estridentes, acompañados de movilidad constante, aunque no siempre fluida, que representaba una turbulencia urbana en su máxima expresión, se abría ante mí.
¿Qué pensarán aquellos entes que, cómodamente sentados dentro de sus automóviles, se dirigen a alguno de sus destinos rutinarios? ¿Qué pensarán los transeúntes amorfos que, a paso rápido, caminan a ambos lados de mí en direcciones opuestas como movidos por una voluntad superior? ¿Qué pensarán las diversas sombras de aquella hilera en la acera que, tiesas e inexpresivas cual gendarmes ingleses, tal vez esperan el transporte público?
"Soy incapaz de saber lo que piensan", me dije, “pero ante la repetición imparable del mismo panorama día tras día, podría concluir que en las calles de la ciudad hay una inmensa masa de gente.... lo que no hay, lamentablemente, son personas."
Con los anteriores pensamientos aún bullendo en el interior de mi cabeza, ingresé en un bar que se encontraba cerca de donde caminaba, dispuesto a embriagarme y sentirme parte de aquella monotonía y decadencia citadinas.

sábado, 5 de enero de 2013

Incisión sobre la costra de la herida de la vida


Es en las horas crepusculares cuando se abren, radiantes e incólumes, las ventanas del pensamiento a la conciencia de la vacuidad de la existencia. La lucidez es ese grito provocado conjuntamente por la revelación del dolor del mundo y la del peso de la vida sobre la Nada.
Atrapado entre los cuatro muros que reverberan a cada minuto mi nombre y mi maldición, golpeo repetidamente mi cabeza contra el televisor encendido. ¿Preludio a la muerte o culmen de la vitalidad contenida? Las imágenes eyaculan destellos intermitentes a cada golpe que les doy.
No pienso, no siento nada: soy mierda en el culo del mundo. Toc, toc, toc. Especie de planificación del horror provocada por la subida de la náusea: mi vacío interior se expande y quedo suspendido en él como un títere del cosmos. Entonces, como de costumbre, llega la epifanía, ese momento kantianamente sublime en que palidezco inevitablemente al caer en cuenta que he de habérmelas conmigo hasta el fin de mi existencia.
La vida pesa sobre mí como una enorme joroba de iridio.
Ya no deseo otra cosa que una paz sin victoria...

miércoles, 19 de septiembre de 2012

Onanismos mentales de un paria

Yo sabía que el alba es escueta y lo único impactante es el humo diluido en la nocturna ambigüedad. Ayer adoraba dicha metamorfosis ecuánime cuando fui interrumpido por un soplo edénico que parecía salir de tu labio crepuscular: -¡Hola! - Cántico ondínico formado por trazos inexistentes. ¡Malditas alucinaciones! Y yo le grité obscenidades a tu fantasma, no sé si por enojo o por placer. Cómo me habría encantado que también tu sangre hubiese aparecido ante mí en aquel momento...

La televisión seguía encendida en el Canal Onírico, transmitiendo las aventuras de Parzival el caballero se(nti)mental, y aquellas secuencias me hicieron recordar la brujería lírica de tu cuerpo sobre la sábana, y la epopeya de mis dedos escarbando tu cabello en cascada. Para ser franco, desperdicié los minutos sucesivos intentando dibujar el diafragma que me hace sentir vivo, y es que ahora sólo me dedico a postergar la morgue con el instante agridulce, el caramelo miasmático, la cereza empanizada con polvo, el chocolate relleno de excremento...

Alguna vez me pediste discursos cupidescos, pero mis neuronas envenadas hacen imposible la articulación coherente de una sola línea de ellos. Aun si estuvieses aquí y ahora, no podría hacerlo. En vez de eso, te hablaría del café impregnado de mota, o del arroz en el tenedor;  tal vez te contaría las crónicas del papalote sobre el techo azul aguamarino o intenso carmesí como el ave de fuego, o dilucidaría sobre la piraña alada, o el rojo de tus piernas, diluido en tu simetría Venusiana... Y tal vez te invite a oler el polen sobre mis libros, o a rezar conmigo a San Vejestorio Roto. Te escribiría miradas en tu brazo satén, y dejaría que tus manos jueguen conmigo a la Creación, sólo para regocijarme con tu pupila estremecida al minuto siguiente.
¡Y si acaso sólo después de eso seré capaz de dibujar la Destrucción Perfecta!

Y cuando todo termine, te suplicaría que me arrojes por la ventana: ya no serviré de nada en tu vida. Al fin y al cabo, y como todos, yo nací para morir, para vivir para morir.
Sólo te advierto que allá afuera te espera un Circo Zoocial. Jojujojuje. Risa carnavalesca.

Adiós.

lunes, 16 de abril de 2012

Génesis

Y Dios vio que la mierda era buena y con ella creó al Hombre.

Después creó el hastío y lo llamó Tiempo.

Un Hombre determinado por el Tiempo no debe crear sin destruir. Todo valor obsoleto debe ser inmolado en aras de un sentido superior. El ciclo vital demanda la fertilidad de la muerte, no sólo de la vida. La acumulación, el currículum, es vano onanismo, mera afirmación de lo podrido, de lo obsoleto, de la muerte estéril. El Arte de Artigar es el supremo arte de la vida.
Es así como de las cenizas de mi viejo blog recén inmolado surge este nuevo intento de afirmación personal.
Y vos, ¿destruyes para crear o acumulas para hipertrofiar?